Hay que abstraerse un poco del mundo exterior, centrarse en lo que que estás haciendo. Parece sencillo, pero a veces no lo es. La vida cotidiana está llena de obligaciones, tareas de las que hay que estar pendiente, entre ellas la familia, el trabajo,...no es fácil ser artista en los tiempos que corren. No en el sentido de crear y vender, sino en el sentido de desconexión de lo que te rodea. El mundo de las comunicaciones es hoy el de la incomunicación. Cada uno en su mundo, aislado, conectado a una entrada usb o a una línea de adsl. Mis pinceles y mis tubos de óleo por suerte no llevan chip ni cables. Eso se salva. Reconozco que esa es mi isla, el olor a disolvente, aceite, óleo, los trapos sucios, el jabón para limpiar los pinceles, el estudio, mis pensamientos,...mis cabreos internos mientras pinto mezclados con esa especie de éxtasis,...eso es lo que en parte me da la vida. Rodearte de lo tuyo. De las cosas que siempre vas a valorar, de lo que te cabría en una caja de mudanza. Co